jueves, 24 de septiembre de 2009

Trastornos del sueño / Deterioro neurológico / Alzheimer / Parkinson

Un estudio relaciona la falta de sueño al desarrollo del Alzheimer

La falta crónica de sueño desencadena la aparición prematura y más frecuente de las plaquetas que desencadenan los síntomas del mal de Alzheimer, reveló un estudio publicado por la revista Science. Nos preocupa intensamente pues numerosos trabajadores en todo el mundo se desempeñan en sistemas de turnos rotativos u otros tipos de tareas que alteran el funcionamiento natural de sus ciclos de sueño y vigilia.

Según la investigación publicada en 'Science', este descubrimiento podría ayudar a crear fármacos para el tratamiento de la enfermedad

La investigación fue realizada en ratones por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington quienes también descubrieron que la orexina, una proteína que regula los ciclos del sueño, parece estar directamente vinculada con el aumento de las plaquetas.

Añadieron que este último descubrimiento podría ayudar a crear fármacos para el tratamiento del Alzheimer. Jae-Eung Kang, científico en el laboratorio Holtzman, dijo haber descubierto que los niveles de amiloides beta están directamente relacionados con el sueño, ya que aumentan en la noche, cuando los ratones están despiertos, y se reducen durante el día cuando duermen. Al ser privados de sueño, los niveles de amiloides aumentaron en un 25 por ciento en los ratones, mientras que disminuyeron en aquellos a los que se permitió dormir, indicó. Según los científicos, ambos descubrimientos constituyen las primeras indicaciones de que el sueño tiene una relación directa no sólo con el Alzheimer sino también con el mal de Parkinson.

"También sugieren que tal vez sea necesario dar prioridad a los tratamientos contra trastornos del sueño no sólo debido a sus efectos inmediatos, sino también por el impacto potencial sobre la salud cerebral a largo plazo", indicaron los científicos en el estudio.

El mal de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva e incurable que afecta principalmente a las personas mayores de 60 años; se caracteriza por movimientos incontrolados de las extremidades y de la mandíbula, así como rigidez general. Sus síntomas iniciales son la pérdida de la memoria y luego la demencia.

"La orexina o los compuestos con los que interactúa podrían ser los objetivos de una nueva medicina para el tratamiento de Alzheimer", manifestó David Holtzman, autor del estudio y profesor de Neurología de la Escuela de Medicina. "Esto sugiere la posibilidad de que se ponga a prueba un tratamiento para demorar la manifestación del mal de Alzheimer", indicó el científico.

Por otra parte, "nos gustaría saber si existe alguna forma de alterar las señales de la orexina y sus efectos sobre los amiloides beta sin modificar necesariamente los patrones de sueño", indicó.

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